Godofredo de Bouillon pudo haber sido rey de Jerusalén


Reunidos en consejo los jefes cristianos, ofrecieron la corona del reino de Jerusalén a Godofredo de Bouillon, el más digno de todos, aunque la habrían dado gustosos al duque Roberto, si éste la hubiese aceptado. Pero, si bien Godofredo no declinó tal honor, de ningún modo quiso ceñir corona de rey en la ciudad en que el Rey de los cielos llevó corona de espinas: y así se le dio sólo el titulo de barón y defensor del Santo Sepulcro. Entonces fijó su residencia en Jerusalén y derrotó a las huestes sarracenas que fueron contra él: pero poco tiempo saboreó su triunfo, pues murió al año siguiente, después de

haber dictado algunas leyes beneficiosas para su nuevo reino. Godofredo de Bouillon era hombre prudente, valeroso, justo, honrado, y que a nadie temía sino a Dios.

A otros caballeros se les dieron diferentes señoríos: como el de Antioquía, a Bohemundo, en cuya ausencia Tancredo gobernó bien y con prudencia, y el de Edesa, a Balduino, hermano de Godofredo, que al morir éste fue rey de Jerusalén. Balduino reinó diez y ocho años, y a él le sucedió otro Balduino, no hijo suyo, pero sí pariente. Ambos Balduinos agregaron nuevos territorios y ciudades a su reino, que se denominó Reino Latino; una de estas ciudades fue Tiro. Por entonces se fundaron las dos grandes órdenes de caballeros Templarios y Hospitalarios, o caballeros de San Juan, que se consagraron con voto a pelear como soldados de la Cruz, y, no obstante su carácter guerrero, a profesar pobreza y castidad, como monjes: entre ellos hubo muchos y valientes soldados. A Balduino II sucedió Fulques de Anjou, y a éste su hijo Balduino III, durante cuyo reinado los turcos reconquistaron a Edesa. Mientras tanto, acudían a Jerusalén los peregrinos y habían ido a Palestina muchos caballeros para pelear a favor del reino cristiano contra los infieles; todos ellos recibieron también el nombre de cruzados. Pero con motivo de la toma de Edesa, volvió a organizarse otro gran ejército contra los sarracenos; ésta fue la segunda Cruzada.