Notables descubrimientos fueron la consecuencia del ansia de perfeccionamiento


Al demostrar Marconi las proyecciones inconmensurables de la radiocomunicación, los hombres de ciencia, y especialmente los ingenieros e inventores de varias naciones, se propusieron perfeccionar los aparatos emisores y receptores.

Así, por ejemplo, los carretes primitivos de Ruhmkorff dieron paso con el tiempo a los alternadores de alta frecuencia, capaces de proporcionar energía a varios centenares de kilovatios; los primitivos tubos de Branly, de los aparatos receptores, fueron sustituidos por los detectores electrolíticos, los que a su vez fueron reemplazados por los detectores de cristal, y así sucesivamente fueron perfeccionándose todos y cada uno de los elementos de los aparatos telegráficos. Los estudios de Armstrong permitieron usar los tubos termoiónicos inventados por Lee de Forest para producir hondas hertzianas y, posteriormente, se dieron a conocer los circuitos osciladores de tubos termo-iónicos, basados todos en el mismo principio, aunque causando acoplamientos diferentes, como son los osciladores do Hayley, Meissner y Calpitts que, en unión del ideado por Armstrong, constituyen las modificaciones revolucionarias de las emisoras actuales, pues permiten realizar la radiotelefonía y la televisión.

Surgieron muchas estaciones transoceánicas que unieron las naciones entre sí, en una red invisible de ondas que cruzan el espacio continuamente, sin obstáculo de ninguna clase. Conseguido el aumento del alcance de las estaciones emisoras, a causa de su mayor potencia y de la mayor sensibilidad de los receptores, se aplicaron a las grandes instalaciones los sistemas automáticos de emisión y recepción telegráfica, con lo cual se logró el rendimiento extraordinario que permitió establecer servicios con la prensa mundial o entre particulares.

Del invento de Marconi nació toda la enorme industria de la radiotelefonía y de la radiotelegrafía; los servicios cablegraficos de la prensa mundial se modernizaron; millones de familias en el mundo de hoy poseen su aparato de radio en el hogar para escuchar a sus artistas favoritos o los noticieros de las agencias especializadas sobre la vida internacional o nacional. La radiotelefonía se ha hecho un vehículo de divulgación de conocimientos y, en algunos aspectos, cuando se la sabe utilizar, de cultura popular.