El joven Guillermo Wallace levanta a Escocia contra los ingleses


Los ingleses no han tenido nunca que luchar por su independencia; al contrario, a veces impusieron su dominación a otras naciones, las cuales, a su vez, lograron rechazarlos y sacudir su yugo. El mismo pueblo inglés arrebató el territorio de Inglaterra a los bretones, pero éstos se posesionaron del montañoso país de Gales. Los reyes ingleses hicieron siempre redoblados esfuerzos para unir en una sola nación los distintos pueblos de la isla, pero durante mucho tiempo sus aspiraciones se estrellaron contra los afanes autonomistas de esos pueblos. Los últimos en ser reducidos fueron los escoceses, cuyos clanes tuvieron en un joven pastor su admirable jefe. Cierto día los soldados ingleses quisieron robar a un pastor llamado Guillermo Wallace. Éste se revolvió contra los usurpadores, y con su cayado dio muerte a varios de ellos. En Inglaterra pusieron precio a su cabeza, y Wallace refugióse en las montañas, donde se le reunió un grupo de valientes dispuesto a sacudir el yugo extranjero. El gobernador inglés envió entonces una expedición punitiva, que fue derrotada por los hombres de Wallace. Esta hazaña encendió el entusiasmo de todos los escoceses, que unidos bajo la bandera de Wallace lograron expulsar de su país a los ingleses.

Mas los nobles de Escocia veían en el valiente campesino un enemigo de sus privilegios y pronto llamaron en su ayuda a los ingleses. El rey Eduardo volvió a Escocia con un poderoso ejército que se enfrentó con Wallace en Falkirt. Los rebeldes resistieron, a pie y erizando sus líneas con largas lanzas, el embate de la caballería enemiga; empero los arqueros del rey abrieron enormes claros en sus filas, y por último tuvieron que desbandarse los soldados de Wallace, quien volvió a la montaña para continuar sus guerrillas; pero un traidor lo hizo caer con malas artes en una emboscada. Prisionero en Inglaterra, Wallace no mereció las consideraciones del soldado derrotado; fue calificado de bandido v condenado a muerte infame.