Juan Amos Comenio, el obispo peregrino que fue un gran educador


Nacido, en 1592, de una familia perteneciente a la Unión de los Hermanos Moravos, comunidad protestante que brotó de las cenizas de la hoguera en que fuera quemado Juan Hus, y huérfano de padre y madre a los doce años, Juan Amos Komensky, más conocido por el nombre latinizado de Comenio, ingresó en el gimnasio de Prerov a los dieciséis años de edad. Gracias a su vivísima inteligencia y a su ardiente amor al estudio, recuperó enseguida el tiempo perdido. A los diecinueve años fue admitido en la Academia de Herborn, donde dictaba cursos el célebre Piscator y a los veinte años presentaba su tesis de doctorado. Terminados sus estudios en Heidelberg y Amsterdam, actuó como director de la escuela de Prerau y como pastor en Fulnek. Dos años después el emperador Fernando de Austria invadió Bohemia, y la ciudad de Fulnek fue tomada, saqueada e incendiada. Comenio, con muchos de sus correligionarios, fue desterrado, y durante treinta años llevó una vida errante, en el curso de la cual visitó Polonia, Holanda, Inglaterra, Suecia, Hungría y Alemania, con objeto de hallar socorro para sus hermanos proscriptos, de los que había sido elegido obispo. Emplea los ocios que le deja esta existencia atormentada para escribir obras pedagógicas, filosóficas y teológicas.

Corresponde a Comenio la gloria de haber presentado el primero, una doctrina sistemática y un plan de organización escolar. Tras haber editado muchas obras de carácter monográfico acerca de la instrucción y la educación, escribe la Gran didáctica o Tratado del arte universal de enseñar todo a todos, a cuyo título añadirá, en la edición hecha en Amsterdam poco antes de morir; "obra meditada y escrita durante tantos años". Comenio es el propulsor de la escuela elemental universal, a la que deben ir todos los niños sin diferencia de clases, ya sean hijos de campesinos y de obreros como de burgueses o de nobles, lo que era, para la época, un principio revolucionario.