Ríos azules de hielo que se deslizan hacia el mar


Las sierras y los grupos de montañas están, separados por valles de varia y diferente estructura; algunos de ellos son meras hendiduras en medio de desnudas rocas; otros, mucho más dilatados, se nos muestran vestidos de verdor, esplendorosos con sus flores silvestres de primavera y verano; otros, en fin, aparecen cubiertos de espesos y negros bosques.

Casi no hay valle que no tenga su riachuelo de curso rápido y cascadas llenas de poesía. También hay ríos en las cumbres de las montañas más elevadas, pero éstos se arrasaran con una lentitud pasmosa, como que sólo avanzan unos pocos metros cada año. Dichos ríos, que por estar helados reciben el nombre de glaciares, ventisqueros o ríos de hielo, algunos de ellos de más de treinta kilómetros de longitud, constituyen una de las mayores maravillas de los Alpes. Ordinariamente tienen la superficie llena de asperezas y ofrecen el aspecto de una gran ' masa de aguas agitadas que se hubieran solidificado de repente. Las extremidades de esta mole de hielo, vistas en las grandes hendiduras, presentan un vivo color azul, como también en el extremo del ventisquero, en donde el aire más caliente derrite el hielo, convirtiéndolo en agua, la cual continúa así su camino hacia el mar.