Asturias, el antiguo principado donde comenzó la empresa de la reconquista cristiana


Asturias es un país a la vez agrícola e industria], pues se extienden en él valles de templado clima, donde cultivos realizados con esmero hacen rendir a la tierra su riqueza en legumbres, granos y frutas; el cultivo de mayor importancia es tal vez el maíz, seguido por los manzanares, origen de una importante industria sidrera, famosa en el mundo entero.

Las minas de cobre, carbón, cinc, plomo y hierro dan constante ocupación a obreros de fundiciones y fábricas en Oviedo y Trubia.

Asturias es la más española de las regiones de España: en ella tuvo principio la gloriosa gesta de la Reconquista, y su territorio fue el solo heroico pedazo de suelo hispánico que no hollaron las plantas de los muslimes; en sus escarpados riscos se refugió la Cruz cuando los verdes estandartes del Profeta dominaban la península, y de la capital de Pelayo, Cangas de Onís, surgió la fuerza incontenible que habría de derrotar por vez primera al poder musulmán al pie del monte Auseba, en el 718.

Las ciudades más destacadas de Asturias, tanto por su significación histórica como por su moderna importancia, son Aviles, Oviedo y Gijón, además de la ya citada Cangas de Onís. Un lugar de peregrinación preferido por los españoles es el santuario de Covadonga, tradicional e históricamente ligado al héroe de la Reconquista. Allí, donde existió primero una capilla dedicada a la Virgen de Covadonga, se alza hoy la mole de una soberbia basílica.

En Asturias se habla aún uno de los dialectos más antiguos de la península, llamado bable, en cierto modo semejante al gallego, y que se considera el antecesor del castellano. Asturias constituyó un reino independiente hasta los albores del siglo xi; entonces pasó a integrar los dominios de la corona de Castilla.