La reconquista cristiana: de cómo los sometidos pasaron a señores


Algunas familias cristianas se refugiaron, ante la invasión musulmana, en la zona montañosa cantábrica, y otras en el Pirineo del Afranc, esto es, Aragón y Cataluña,

Allí, y en los montes de Asturias, comenzó a tomar cuerpo la idea de reconquistar el territorio profanado por los infieles muslimes; el caudillo de aquella empresa fue un guerrero valeroso de nombre Pelayo, que fuera capitán de la guardia de Rodrigo, el derrotado en la Janda.

Después de obtener sobre los muslimes señalados triunfos, don Pelayo fue ungido con los atributos reales; diecinueve años ciñó el guerrero la corona de aquel humilde estado, base de la unidad nacional hispánica.

Entre sus sucesores cupo a Alfonso I el Católico extender las fronteras del reino por todo el Pirineo occidental, hasta el mar Cantábrico, y fundar numerosas fortalezas (castellas) en el suelo de la actual Castilla la Vieja.

Durante el reinado de Alfonso II el Casto se fundó la ciudad y basílica de Santiago de Compostela, y poco después de una década, Alfonso III el Magno, elevado al trono a los dieciocho años de edad, llevó a cabo las más gloriosas acciones de armas contra los moros, a quienes arrebató Zamora; dispuso la fundación de Burgos, y ante la rebelión de sus hijos, repartió entre ellos el reino, reservándose el de Zamora.

Triste es la historia de los reinados siguientes; todo volvióse insurrecciones, motines, destronamientos, usurpaciones. Las invasiones de normandos y frisones en la costa de Galicia sembraron desolación y ruina, en tanto el terrible moro Almanzor destruía a León, Astorga, Zamora y llegaba hasta Santiago, las campanas de cuya catedral llevóse a Córdoba, con millares de esclavos cristianos, en tiempos del rey Bermudo II el Gotoso.

Hondas desavenencias reinaban, desde largo tiempo atrás, entre los reyes de León y los condes de Castilla, hasta que ambos reinos formaron uno, pues muerto en la batalla de Tamaron (1073) el rey Bermudo III, la corona de León recayó en doña Sancha, casada con don Fernando de Castilla. Así, por primera vez, quedaron estos dos reinos unidos.