La lucha por el dominio del mar; el canal de Suez

Por siglos, Gran Bretaña ha dependido de las comunicaciones marítimas. A ellas debe el mantenimiento de su imperio y la prosperidad de sus habitantes. En la guerra anterior gran parte de la victoria aliada se debió a ellas, y al quedar sola frente a tan poderoso enemigo necesitó mantener entonces más que nunca sus comunicaciones marítimas.

Alemania procuró cortarlas de cualquier manera. Como no disponía de una flota bastante poderosa para hacer frente a la escuadra británica, aumentó su producción de submarinos, y con este tipo de naves inició la lucha por el dominio de los mares.

El mar Mediterráneo es vital para el Imperio Británico, pues por el canal de Suez sus naves pasan a Oriente sin el gran rodeo de tener que circunnavegar a África. La caída de Francia tornó dificilísima su situación en estas aguas. Además, la escuadra y la aviación italianas vigilaban el paso de los barcos, y la lucha en África acercaba más y más el peligro para Suez. En esos momentos, con gran pérdida de tiempo, los barcos británicos tuvieron que recurrir a la antigua ruta, dando la vuelta al continente negro.

Además, ya los barcos mercantes no podían navegar solos, pues los submarinos y la aviación alemana causaban enormes bajas. En tales circunstancias se adoptó el método de los convoyes, esto es, cierta cantidad de barcos que llevan el mismo rumbo y marchan juntos escoltados por destructores y aviones. Este sistema de defensa permite aprovechar la actividad de pocos buques de guerra y fue la solución al problema marítimo de los aliados.