La lucha en África: victoria en el desierto

En tanto se desarrollaba la lucha por el dominio de los mares, en África comenzó el movimiento de las tropas italianas para adueñarse de las colonias británicas y francesas, que representaban una poderosa cuña de fuerzas del Eje. Desde sus bases en la Somalia Italiana y en Abisinia, iniciaron un movimiento cuya finalidad era, después de ocupada la Somalia Británica, penetrar en Egipto y apoderarse del canal de Suez. Los primeros avances favorecieron a los italianos, y la Somalia Británica quedó bajo su control. Llegaron hasta Sidi Barrani, 90 kilómetros dentro de la frontera egipcia, donde Wavel, jefe de las tropas británicas, pudo por fin contenerlos. La primera embestida del Eje en África había sido contenida y sus ejércitos obligados a retroceder, pero el peligro de una reacción continuaba existiendo. Si Gran Bretaña perdía el control de Egipto, se quedaba sin el canal de Suez y también sin el Cercano Oriente.

Fue así como los jefes del Eje, comprendiendo la importancia de la lucha que se desarrollaba en el norte de África, reanudaron sus esfuerzos. El mariscal alemán Rommel se hizo cargo de las operaciones y, después de una serie de luchas en medio de las ardientes arenas del desierto, logró primero restablecer el equilibrio de las líneas, y avanzar después. Las victorias aliadas fueron anuladas y, nuevamente triunfantes, las tropas del Eje decidieron ir hacia Egipto.