Los inciertos orígenes de la población portuguesa


Según los historiadores, los primeros habitantes de Algarve, en la región meridional, fueron los cinesios; entre el Guadiana y el Tajo acampaban los celtasgletas o célticos; alrededor de la sierra de la Estrella, los belicosos vetones, y en el centro, los lusitanos, tan rapaces como sobrios, pues sólo se alimentaban de harina de bellotas y no bebían más que cerveza; se dedicaban al pastoreo, cubríanse con trajes de paño negro por ser de este color la lana de sus carneros, y las mujeres llevaban vestidos bordados; navegaban por los ríos en barquichuelos hechos de cuero; protegíanse con escuditos de cuerdas de tripa de buey trenzadas, y, sumamente ágiles, marchaban al combate bailando.

En cuanto al primitivo origen de estos pueblos es difícil decidir nada con certeza. Podría ser que los cinesios del Algarve procediesen de la invasión beréber, si es que no habían salido de la supuesta Atlántida. Está generalmente admitido también que hubo una invasión celta, y de ambos troncos se formaría el tipo actual, perfectamente definido. Tienen los portugueses el tinte de todos los meridionales; la estatura poco elevada, pero con las formas bien proporcionadas; en el Norte abundan los hombres de cutis blanco y pelo rubio y castaño; en otras provincias predomina el pelo negro. Distínguense los habitantes de Portugal por su ardiente patriotismo, sus maneras afables y corteses, su brillante imaginación y su afición a la música, al baile, al teatro y a las corridas de toros.