Fracaso de la ofensiva contra la heroica fortaleza de Verdún


La guerra de trincheras prolongaba la lucha, de manera que existía para los combatientes el peligro de verse faltos de abastecimientos. Este peligro era inminente para los Imperios Centrales, que, bloqueados por haber cedido el dominio del mar a los aliados, contaban con una victoria a corto plazo. Por ello, al comando alemán preparó una ofensiva que tenía por objeto romper las líneas de trincheras francesas, y eligió como punto neurálgico la fortaleza de Verdún. Apoderarse de Verdún significaba partir en dos las defensas aliadas y avanzar nuevamente sobre París. La acción, de llevarse a cabo con éxito, hubiera decidido, sin duda, la guerra en favor de Alemania.

Después de grandes preparativos, de reunir un millón de hombres, el 21 de febrero de 1916, antes de que hubiera amanecido y bajo una tempestad de nieve, y después de un tremendo bombardeo contra las trincheras francesas, las fuerzas alemanas se lanzaron en masa al ataque. La violencia del choque fue tal que los franceses tuvieron que replegarse. Por un momento se creyó que la batalla se decidía en favor de Alemania. El 24 de febrero terminó el repliegue francés y se organizó una resistencia de hierro, comandada por el general Pétain. Los alemanes, empeñados en conquistar a Verdún, arreciaron en sus ataques. Cada día se daban 10 ó 12 asaltos, y así hasta julio, mes en que los alemanes atacaron por última vez en masa las líneas francesas y tuvieron que convencerse de que era imposible abrir una brecha, y mucho menos conquistar la plaza. Todavía hasta setiembre duraron los ataques, pero Verdún resistió heroicamente, y al final los franceses contraatacaron y en pocos días reconquistaron el terreno que habían perdido en varios meses. Se calcula que en esta batalla los alemanes perdieron, entre heridos, prisioneros y muertos, un millón de hombres, y los franceses quinientos mil, aproximadamente.

En tanto se desarrollaba la gigantesca batalla de Verdún, en los demás frentes hubo pocos cambios. Los rusos contraatacaron y tuvieron algunos éxitos iniciales que obligaron a los austro-húngaros a retirar tropas del frente italiano, coyuntura aprovechada por Italia para hacer avanzar sus ejércitos hasta Goritzia, donde se atrincheraron y continuaron la lucha de desgaste.

La colosal batalla de Verdún fue casi íntegramente el desarrollo de la guerra en el año 1916, y las demás acciones casi carecen de importancia comparadas con este choque terrible de dos ejércitos. En el Somme los franceses iniciaron una ofensiva; pero, si bien lograron algunos éxitos iniciales, no consiguieron destrozar las líneas enemigas. Sin embargo, durante este año, con el fracaso de la ofensiva sobre Verdún, la guerra dejaba un saldo favorable para los aliados.