Estalla la revolución bolchevique en Rusia y en el frente


Año lleno de acontecimientos imprevistos fue el de 1917 para el desarrollo de la guerra. En el frente de Francia, después de un penosísimo invierno, los aliados esperaban el derrumbe alemán. Pero en febrero, del calendario ruso, estalla en el país de los zares una revolución y queda esta nación anulada para la guerra. Francia y Gran Bretaña se encontraron, por lo tanto, sin ese poderoso aliado, y además Alemania logró sacar del frente oriental numerosas tropas de refuerzo.

El pueblo ruso que había soportado tres años de guerra muy crueles, se encontraba regido por un zar sin voluntad, que, rodeado de cortesanos ambiciosos, poco se preocupaba de sus súbditos. Un aventurero llamado Rasputin se había apoderado de la voluntad de la zarina, y era el dueño virtual de Rusia. Con la llegada del invierno de 1916-1917 la situación se agravó, pues un nuevo azote, el hambre, cayó sobre el sufrido pueblo ruso. Estallaron grandes huelgas en la capital, se amotinó la población entera, los soldados se pusieron de parte del pueblo, y el zar tuvo que dimitir en favor de su hermano, el gran duque Miguel, quien no aceptó la corona. La revolución se adueñó de Rusia, y el poder quedó en manos de un gobierno socialista presidido por Kerensky.

Éste quiso continuar la lucha junto a los aliados, pero los soldados no obedecieron, situación que aprovecharon los alemanes para continuar su avance. La situación era cada vez más caótica en el antiguo imperio de los zares, y los grupos extremos del socialismo ruso, encabezados por Lenin, se apoderaron del poder e instauraron la dictadura del proletariado. Este gobierno negoció inmediatamente una paz por separado con Alemania. La negociación, que se llevó a cabo en la ciudad de Brest-Litovsk, terminó en un tratado que se firmó en diciembre de 1917, con el cual se dio término a la guerra por parte de Rusia.