LA CIUDAD DE LONDRES


Londres, que es la capital de Inglaterra y del Reino Unido, ocupa un área extensísima sobre ambas márgenes del curso inferior del río Támesis; constituye una de las mayores aglomeraciones humanas y uno de los más importantes centros comerciales del mundo.

Su origen se remonta al siglo I de nuestra era, en que los primitivos habitantes de la región, los britanos, ocuparon un terreno elevado, a orillas del río, con lo que surgió una agrupación urbana de escasa importancia. Los romanos, que llegaron allí en el año 55, encontraron un pequeño puesto sobre la colina, y en él se establecieron. Cuatro siglos después, cuando se retiraron, dejaron una ciudad compacta, bien defendida, con un kilómetro y medio de murallas y un puente sobre el río, a la que llamaban Londinium, nombre al que, algunas veces, agregaban la denominación de Augusta, sin que ello significara darle la categoría de capital de la Britania.

Su situación geográfica, de gran valor estratégico, hizo que Londres alcanzara pronto real primacía sobre las demás ciudades romanas de la isla. Su desaparición se produce con la caída del Imperio Romano: sufrió entonces un eclipse total que duró hasta el siglo VII; a partir de esta fecha aumentó su importancia como centro comercial y, poco a poco, llegó a constituirse en una de las ciudades más importantes del mundo.