Cómo Eduardo I intentó realizar la unión de Inglaterra y Escocia


A la muerte de Enrique III, ambos esposos hubieron de regresar a Inglaterra, y el príncipe pasó a ocupar el trono de su padre.

En los comienzos de su reinado, Eduardo I tuvo que sostener una lucha tenaz con los galcses, a quienes logró someter. Cuando sus nuevos súbditos fueron a rendirle homenaje, el rey inglés les prometió darles, para que los gobernase, un príncipe nacido en Gales, que no podría hablar francés ni inglés, y les presentó a su hijo, nacido en el castillo de Carnarvon días antes. Desde entonces el primogénito del rey de Inglaterra lleva el título de príncipe de Gales.

Intentó en un principio unir los reinos de Inglaterra y Escocia por medios pacíficos, y para ello propuso el casamiento de su hijo con la princesa Margarita, la virgen de Noruega, nieta del rey de Escocia. Pero la joven, último miembro de su familia, murió al atravesar el bravio mar del Norte, y este hecho torció el curso de los acontecimientos; se entabló entonces una contienda entre los que se disputaban la corona de Escocia, y Eduardo quiso erigirse en arbitro: en diez años organizó y llevó a efecto tres campañas en Escocia.