La tempestad estalla: levantamiento del pueblo irritado


Luis XVI, la reina y toda la corte quedaron aterrados al ver el extraordinario poder de que se había investido la Asamblea. Así, la jactanciosa frase del arrogante Luis XIV: “El Estado soy yo”, quedaba convertida, por voz del pueblo, en esta sencilla declaración: “Nosotros somos el Estado”. Entonces, este rey pusilánime y sin juicio despidió al consejero en quien más confianza y afecto tenía el pueblo, al propio tiempo que llamó a París tropas suizas y alemanas para mantener el orden de la población.

Ante esto, estalló al fin la tormenta; era el principio de la revolución. Cuando la multitud oyó tales nuevas, y corrió por París la voz de que el comandante de la Bastilla tenía órdenes de hacer fuego contra el pueblo, su excitación llegó a un extremo de ferocidad incomparable; recorrió las calles, saqueó las panaderías, las tabernas, las armerías, y, al grito de “¡A las armas!” y “¡Abajo la Bastilla!”, millares de hombres atacaron la odiada cárcel con denuedo, que el gobernador se vio obligado a ceder, siendo más tarde asesinado en las calles, mientras las turbas no descansaron hasta derribar los espesos muros que tantas tiranías de reyes les recordaban.

Diose entonces cuenta el pueblo de su fuerza, y los aldeanos comenzaron a entrar a saco en castillos y monasterios de aquellas comarcas para destruir los documentos y escrituras, en virtud de los cuales los mantenían sus señores en tal estado de esclavitud y miseria. Desgraciadamente se realizaron hechos crueles en venganza de la opresión en que, durante siglos enteros, habían vivido.

La Guardia Nacional, formada por ciudadanos, para mantener el orden en París, fue encomendada al mando de Lafayette, que había peleado al lado de Washington, en América; y este cuerpo escogió como distintivo una escarapela tricolor: roja, blanca y azul. No estaban lejanos los días en que, muchos ciudadanos, al ver en peligro sus vidas, se salvarían poniéndose esta escarapela tricolor al grito de: “¡Viva la nación!” “¡Viva la república!”.