La asamblea nacional y sus grandes decisiones


De esta manera, a la influencia que en la multitud ejercían los acontecimientos, y los escritos de los grandes pensadores, agregóse la que hicieron valer aquellos voluntarios repatriados, que habían visto con sus propios ojos la verdadera trascendencia de las palabras Libertad, Igualdad y Fraternidad, en Un país en donde no había nobles ni realezas.

Pero la guerra, en la que adquirió su independencia Estados Unidos y en la que tomó parte Francia, costó a esta nación un dinero que, por otra parte, no podía obtenerse imponiendo nuevas gabelas al infeliz; contribuyente. Al fin, Luis XVI se vio obligado a reunir los Estados Generales, que es como se llamaba entonces al Parlamento de Francia. Sucedía esto por primera vez desde cerca de 200 años, de modo que seis generaciones de franceses habían vivido en completa ignorancia del gobierno del país. Grande fue la expectación que se produjo durante la elección de los diputados que habían de formar parte de los Estados Generales. En ella había representantes de la nobleza y del clero, llamados, respectivamente, el Primero y Segundo Estado. Los representantes de la gran masa del pueblo, de los hombres que trabajaban con sus manos o con su inteligencia, eran denominados el Tercer Estado. Redactáronse listas de perjuicios ocasionados y de urgentes reformas; y hasta los vencidos de la vida despertaron de su pesado letargo, pues se acercaba finalmente la hora de hacer algo constructivo.

Uno de los primeros actos del Tercer Estado fue tomar la decisión de que su voz fuese oída en el Parlamento, pues hasta entonces los representantes del pueblo tenían sus sesiones completamente aparte; en ellas discutían y votaban, sin que fueran atendidas sus peticiones. Para evitar que ocurriera lo mismo en lo sucesivo, pidieron congregarse y deliberar junto con los otros Estados, y tener igual derecho que ellos en cuanto a la votación, lo cual obtuvieron, y formaron así los tres Estados, la Asamblea Nacional. Desde entonces todas las aspiraciones del pueblo fueron que el rey no gobernase con voluntad propia, sino sujetándose a determinadas leyes, y que el pueblo tuviese voz en el gobierno.