Un hombre que desea rejuvenecer; los españoles hacen exploraciones en América del Norte


Un militar español, llamado Ponce de León, fue nombrado gobernador de Puerto Rico. Era Ponce de León de edad avanzada, y se sentía molestado por las heridas recibidas en la guerra. Dijéronle los indígenas que en una isla, no a mucha distancia, se hallaba una fuente maravillosa: quienquiera bebiese de sus aguas rejuvenecía y recobraba todas sus fuerzas. Obtenido permiso del rey de España para emprender una exploración que le diese por resultado descubrir tan maravillosa fuente, se hizo a la vela rumbo al punto indicado por los indios, con más frenesí que si buscara oro.

El día de Pascua florida del año de 1513 desembarcó en un territorio que denominó La Florida, y empezó con gran ahínco a buscar la mágica fuente; bebió en cuantos manantiales halló a su paso, sin conseguir rejuvenecer ni curar de sus heridas. Más tarde volvió a La Florida, en 1521, para fundar una colonia, de la cual fue nombrado gobernador; pero herido por un indio, en un muslo, con una saeta envenenada, el pobre anciano, perdida ya toda ilusión, volvió a Cuba, donde murió.

El mismo año que Ponce de León descubrió La Florida, otro español, Vasco Núñez de Balboa, desembarcó en el istmo de Panamá, no muy lejos del punto donde más tarde debía abrirse el canal; atravesó el istmo y divisó el océano Pacífico. Refiérese que, penetrando en él con la bandera de España en una mano y la espada desenvainada en la otra, declaró pertenecientes para siempre al reino de España el océano y todos los territorios que éste bañaba.