Condiciones que deben llenar los alimentos


Muchas son las sustancias que podemos ingerir, pero todas, para que puedan ser llamadas con propiedad alimentos, deben reunir ciertas condiciones: a) ser plásticas; b) energéticas; c) reguladoras. La mayor parte de los alimentos comunes llenan a la vez las dos primeras condiciones, es decir, son plásticos y energéticos, como los huevos, la carne, la leche, etc. Otros sólo son plásticos, como el agua; energéticos, como el azúcar, o reguladores, como las vitaminas. Estas propiedades no se presentan con el mismo grado en todos los alimentos; unos las tienen en mayor o menor proporción, y según ésta se clasifica a los alimentos como de primera clase, que son los mejores, de segunda, tercera, etc.

Todos estos requisitos, si bien son indispensables, no bastan para que un alimento sea considerado bueno, pues en primer lugar es necesario que resulte agradable a nuestro paladar. La cocina es el taller donde se cumple la operación de volver agradables alimentos que de otro modo jamás probaríamos, como ocurre con las ranas, caracoles, muchas verduras, etc.
Tan importante resultó siempre el arte de preparar los alimentos, que sin conocer muchas veces la necesidad científica de esas modificaciones, el hombre procuró en todos los tiempos mejorarles el sabor, e incluso facilitar su digeribilidad por medio de una preparación adecuada.

Durante la digestión, las sustancias ingeridas son modificadas en el tubo gastrointestinal para luego ser absorbidas y pasar a la sangre. Si ingiriéramos encerrados en cápsulas de plomo los más ricos alimentos, es indudable que los jugos intestinales no los atacarían; p6r ello no nos producirían ningún beneficio y terminaríamos por morir de hambre. Esto ocurre con muchas sustancias de origen vegetal que están recubiertas por una capa de celulosa que el aparato digestivo del hombre es incapaz de destruir. A pesar de que estas sustancias contengan elementos útiles, su ingestión no representa ningún provecho, y por ello es esencial que los alimentos sean digeribles, esto es, atacables por el jugo intestinal. Aquel inconveniente suele evitarse con una cocción adecuada de los vegetales comestibles que poseen tales características.