La especie de fuego que existe dentro de todo ser viviente y que siempre se mantiene activo


No es que el animal se haga tan caliente como quiera, un día muy caliente y otro día menos. La gran verdad acerca de los animales de sangre caliente es, que siempre tienen la misma temperatura.

A los enfermos se les toma la temperatura con un termómetro para saber si tienen demasiado calor o demasiado frío; porque todo el mundo sabe que hay justamente cierto nivel de calor común a las personas sanas. El calor de la sangre de un animal de sangre caliente es una cosa fija, de minuto a minuto, de hora a hora, de día caluroso a noche fría no varía nunca excepto en grado tan pequeño que no se percibe apenas. Está lo mismo en el día más frío de invierno, que en el día más caluroso de verano; está lo mismo si nos acercamos al Polo Norte, como si estamos en la India, donde abrasa el sol. Mientras estamos sanos y buenos, nuestro calor está invariablemente fijo.

Esto es verdad no solamente de los hombres, mujeres y niños, sino también de los animales de sangre caliente. Los cambios en su temperatura son de los más pequeños y cuando suceden, son muy breves. Recientemente se han inventado instrumentos muy precisos para demostrar estas pequeñas diferencias de temperatura.