Los glóbulos que enrojecen nuestra sangre y su modo de obtrar


Son muy diversas las causas que reducen el número de los glóbulos rojos de la sangre, a veces a la mitad o menos todavía, y ocasionan palidez. Entre dichas causas se deben mencionar las hemorragias, que llevan a la pérdida rápida de los glóbulos rojos. También puede ser que haya el debido número de glóbulos; pero que, sin embargo, no contengan la correspondiente cantidad de sustancia roja (o amarilla) que deben llevar a todo el cuerpo. Los glóbulos rojos son discos más delgados hacia el centro que hacia los bordes. Cuando un cuerpo está vaciado en su centro se le denomina “cóncavo”, y cuando lo está por ambos lados “bicóncavo”; así decimos que los glóbulos rojos de la sangre son discos circulares bicóncavos, y efectivamente, tienen una forma muy parecida a lentes que llevan ciertos enfermos de la vista.

Cuando la sangre está en perfecto estado de salud, los glóbulos rojos son todos del mismo tamaño y forma. En ellos no se encuentra núcleo; pero cada glóbulo, cuando era de reciente formación, tenia núcleo; podemos decir que al crecer lo han perdido. Además, no pueden dividirse en dos, como ocurre a otros glóbulos, y viven muy poco tiempo en la sangre, unos 100 días, según se ha demostrado. Entonces son consumidos y desaparecen. Esto ocurre incesantemente y a cada momento están entrando nuevos glóbulos rojos en la sangre.