Lo que va a parar a los pulmones cuando respiramos


Muchas veces hay gran cantidad de glóbulos rojos en la sangre, pero que no contienen suficiente hemoglobina, y entonces enfermamos. Cada molécula de hemoglobina tiene la propiedad de combinarse con una de oxígeno. Ahora ya se conoce con exactitud la composición de la hemoglobina, y para mayor comodidad la denominaremos Hb. No podemos darle signo H, pues ya sabemos que éste representa hidrógeno. La molécula del oxígeno la representaremos por O2 Ahora bien, cuando la sangre pasa por los pulmones toda la Hb de los glóbulos rojos se combina en aquellos con el O2., y forman entonces el compuesto llamado HbO2. Este signo representa sencillamente hemoglobina y oxígeno, siendo su nombre completo oxihemoglobina. En cambio, cuando la hemoglobina no está combinada con la molécula de oxígeno, o bien, cuando se ha separado de ella, se denomina, a veces, hemoglobina reducida. Ya sabemos que cuando se separa el oxígeno de algún cuerpo decimos que éste ha sido reducido.

Lo que primeramente va a los pulmones es hemoglobina simple o reducida (Hb), que al salir de ellos se convierte en HbO2. Esto produce un cambio notable de color en la sangre, pues la HbO2 tiene un brillante color de rojo vivo, color de vida, como se le denomina, mientras la Hb por sí sola, tiene un color mucho más oscuro y turbio. Esta diferencia podemos verla perfectamente en una persona que sufra una congestión, pues su piel se vuelve oscura y morada, debido a que toda su sangre se llena de Hb en vez de HbO2, porque no entra aire en sus pulmones. Al volver a su estado normal, recupera su color saludable, debido a que el aire vuelve a entrar en sus pulmones llenando la sangre de su piel con mucha HbO2., en vez de tener solamente Hb, como antes.

Agreguemos que la hemoglobina y el glóbulo rojo cumplen otra función muy importante para el organismo: transportan el anhídrido carbónico, continuamente producido en todo el cuerpo, hasta los pulmones, para su saludable eliminación.