Los diminutos ojos por los que una hoja puede ver


Después de haberse demostrado plenamente que las hojas, de un modo u otro, pueden ver, lo primero que importa es investigar si la hoja ve en un todo o si tiene partes especiales para ver, partes que, en cierto modo, podrían llamarse ojos. Si examináramos cuidadosamente la superficie de las hojas, veríamos que en algunas partes se ha desarrollado una especie de ojo, es decir, que ciertas células que constituyen la superficie tienen una forma especial; veríamos que la parte exterior de tales células está encorvada de igual manera que la parte anterior de nuestros ojos. A consecuencia de esta estructura, la luz que cae sobre tales células, se enfoca, como suele decirse, y va hasta el fondo de la célula, de igual manera que una lente de cristal enfoca los rayos del sol y produce una mancha brillante en un pedazo de papel. Si la hoja forma ángulo recto con la dirección de la luz, el foco luminoso se formará precisamente en el centro del fondo de la célula.