Modo maravilloso como la lengua nos ayuda en las comidas


Para deglutir el alimento, debemos siempre hacer uso de la lengua. Ésta es la que lo remueve en la debida dirección para que los dientes lo trituren y pueda ser ya ingerido; ella también es la que da la forma de bola a las diferentes porciones de los alimentos, la hace correr por su superficie, hacia el interior, y luego la lanza a la garganta, por donde se desliza hasta el estómago. Probad a comer o engullir sin mover la lengua y en seguida veréis cuan imprescindible es este órgano.

La lengua también conserva la boca limpia y libre de todo cuerpo impropio para ser deglutido. Ella descubre las espinas del pescado y ella las coge y las lleva hasta los labios, para expulsarlas. Como vemos, la lengua, lo mismo que los labios, es una especie de centinela que sólo deja pasar al interior del cuerpo lo que considera conveniente. Nosotros no usamos ya la lengua para limpiarnos la boca y la parte exterior de los labios; pero muchos animales usan la suya como esponja y toalla, como limpiauñas y cepillo de los dientes, por más que en este concepto también la utilizamos nosotros. Fijaos en un gato cuando se está lavando, o bien lava a sus gatitos, y veréis de cuánto le sirve la lengua en esta operación. Si pasáis el dedo por su superficie, observaréis qué endurecida la tiene. La lengua del gato es mucho más callosa que la nuestra; y esto nos suministra nuevo ejemplo de la clase de alimento que es más adecuado para nuestra nutrición. El gato es un animal carnívoro y su lengua le sirve de raspador o rallador para raer la carne que come.