Las hojas verdes están de contínuo trabajando para nosotros


Conocemos la cantidad de almidón que diariamente necesitamos y así podemos darnos cuenta de la gran cantidad de follaje que diariamente ha de trabajar para nosotros, sin hablar de los animales que también lo necesitan. Un metro cuadrado de hojas produce poco más de medio gramo de almidón en una hora. Para que cada persona tenga la cantidad de almidón que necesita en un día se requiere que 500 metros cuadrados de hojas estén en actividad durante una hora, o que 100 metros cuadrados de ellas lo estén durante cinco horas. Como se comprenderá, estas cifras no pasan de ser un término medio, pues la cantidad exacta varía con la intensidad de los rayos solares, el trabajo muscular ejecutado durante el día, etc. Bueno es, sin embargo, que tengamos presente que, en cierto modo, dependemos de una serie de hojas verdes que en un sitio u otro están trabajando en provecho nuestro, transformando la energía solar de modo que resulte utilizable para nosotros.

No obstante, si tomamos almidón fuera de nuestro organismo y lo calentamos a la temperatura de nuestros cuerpos, no veremos que arda; lo mismo puede decirse del azúcar, del pan y de la carne, aunque se encuentren privados por completo de agua; y, sin embargo, todos estos materiales se queman a la temperatura del cuerpo en el interior de éste, y precisamente por este motivo constituyen un alimento. Vemos, pues, que el cuerpo puede determinar la combustión de las sustancias en condiciones de temperatura a la que dichas sustancias no arderían fuera del mismo. Este resultado se consigue gracias a determinadas sustancias químicas, llamadas fermentos, que existen en la sangre y en toda célula viva.

Hasta aquí hemos considerado los alimentos sencillamente como el combustible que nutre nuestras máquinas motoras, los músculos; pero los alimentos tienen otras muchas funciones y necesitamos otras clases de nutrición, además de la que constituye un simple combustible muscular.