Los cinco elementos principales que son indispensables a toda vida


Mas, a pesar de que no puede decirse que estén realmente viviendo, conservan tales seres el poder o facultad de reanudar su vida, si se les procura el agua necesaria. De esto se desprende, cuando menos, que los procesos vitales no pueden desarrollarse más que en presencia del agua, siendo admisible afirmar que el agua líquida es una de las sustancias que forman el protoplasma.

Además del oxígeno e hidrógeno del agua en que el protoplasma vive, hay en él otra cantidad mayor de esos elementos, no estando éstos combinados en la proporción adecuada para formar agua, sino en otras distintas, juntos entre sí y con diversos elementos. Los elementos que siempre se encuentran en el protoplasma, y sin los cuales no podría existir, son el carbono, el oxígeno, el hidrógeno, el ázoe o nitrógeno y el fósforo. Podemos estar seguros de que no hay protoplasma sin los cinco elementos mencionados; todos ellos son elementos comunes, que nada ofrecen de particular. El protoplasma viviente no podría abundar tanto si las sustancias que necesita para vivir y reproducirse no se hallaran en todas partes. La vida se desarrolla, pues, valiéndose de cosas muy comunes.

Ahora bien; si nos damos clara cuenta de este hecho y lo tenemos presente, podremos aprender otra cosa muy importante y que también conviene recordar, a saber: que si bien los elementos de que consta el protoplasma son comunes y abundantes, su modo de combinarse para formar protoplasma es distinto por completo de todo cuanto conocemos.