Por qué son planas y delgadas las hojas de las plantas


Ya hemos dicho, en otro lugar, que hay en las hojas unas manchas pequeñísimas formadas por la sustancia verde, y que les dan su color; pero esta sustancia se encuentra también en otras partes de la planta, pues ya sabemos que el tallo de las rosas y otras flores es verde. Sin embargo, la sustancia verde se halla principalmente en las hojas; si éstas existen es para que en ellas se forme esa sustancia y las hojas son los instrumentos que emplean las plantas para utilizarla. La forma especial de las hojas nos indica su uso: son generalmente planas y delgadas; por ellas llamamos “hojas” a muchas cosas planas y delgadas que jamás han formado parte de una planta, por ejemplo, las hojas de papel de los libros; cierto que los primeros libros se hicieron con hojas verdaderas, es decir, con hojas de plantas.

Ahora bien: si las hojas son planas y delgadas, es por motivos muy poderosos, pues tienen que ofrecer a la luz la mayor superficie posible de sustancia verde; si tuvieran la forma de una bola, no les daría la luz más que por la parte de afuera -y aun sólo del lado que estuviera expuesto al Sol-, quedando lo demás a oscuras y sin servir para nada. Por mucho que lo pensáramos, no nos sería posible idear formas de hojas más a propósito que las de las que conocemos, para ofrecer a la luz del Sol la mayor cantidad posible de sustancia verde. Claro está que las hojas tienen dos lados, y, cuando uno está expuesto al Sol, el otro queda en la sombra; pero, por lo general, son tan tenues las hojas que la luz puede atravesarlas, aprovechándose, por lo tanto, toda la sustancia verde contenida en ellas.

Cuando son algo más recias, tampoco se desperdicia esa sustancia, pues entonces observamos que se acumula en la parte superior de la hoja, cuyo color es verde oscuro, mientras que la parte inferior resulta descolorida. La sustancia verde no sirve para nada si no le da el Sol; pero como éste es quien contribuye a producirla, sólo la hallamos en la parte de la hoja que queda expuesta a la luz, es decir, en donde pueda utilizarse.

Y llegamos ahora a tratar de algo más difícil, aunque no tanto que no podamos comprenderlo sin gran esfuerzo, y cuya importancia, por otra parte, es muy grande, pues se trata de una cosa indispensable para la vida. Hemos dicho que la sustancia verde se vale de la luz del Sol para efectuar cierta operación, o, mejor, que para efectuarla se sirve el Sol de dicha sustancia. ¿Cuál es, pues, esa interesante operación?