De cómo los reptiles eran los dueños de la Tierra


Dejemos ahora a los anfibios y pasemos a la clase siguiente de animales con espina dorsal o vertebrados, los cuales son los reptiles, y de éstos no es menester decir mucho, sino que gran número de ellos carecen de extremidades y se arrastran por el suelo. Hubo una época en que los reptiles abundaban tanto, que eran los dueños de la tierra. No había entonces nada que se opusiera a su multiplicación y desenvolvimiento. Alcanzaban tamaños enormes; visitando museos se pueden ver los restos de sus cuerpos, que algunas veces llegaban a veinte metros de largo. A algunos de ellos, especialmente en los más pequeños, se les formaban grandes tiras de piel entre sus extendidos dedos, una especie de tela tal como se ve todavía en las patas de muchas aves acuáticas, y de este modo les era más o menos posible volar o dar grandes saltos. Algunos de ellos fueron quizás muy fuertes y fieros, y tenían terribles e innumerables dientes. Debía ser muy extraña la tierra en la lejana época de aquellos reptiles.