Cómo usa la planta la mayor energía existente en el mundo


Ahora bien: en el mundo no se conoce energía mayor que la de los rayos solares. La planta lo sabe, y el hombre también, y así los dos se valen de esos rayos cuando tratan de vencer la fuerza de afinidad que une el oxígeno al carbono, y, desde luego, el hombre puede utilizar para tal objeto los rayos solares tan bien como la planta, y aun mejor, porque aquél puede almacenarlos después de haberlos transformado convenientemente y emplearlos en un estado de concentración que jamás le será posible a la planta; en otros términos, el hombre puede, en un momento dado, disponer de una cantidad de rayos solares mucho mayor de la que aquélla dispondrá jamás. En un segundo de tiempo la planta solamente recibe una cantidad pequeña de energía solar, aun en el día más caluroso del verano, en el más cálido de todos los países, cuando los rayos del sol caen perpendiculares sobre el vegetal; en cambio, el hombre puede almacenar la energía del sol de mil modos diferentes, y así, en un segundo, puede, si le place, emplear millones de veces más energía aún que la planta recibe en toda su vida.