Diferencia real entre poseer energía y hacer uso de ella


No basta poseer un gran caudal de energía; es preciso también poder usarla, aplicarla o dirigirla. Si la energía de una máquina de vapor se emplea de una manera conveniente, dicha máquina podrá arrastrar un tren, o impulsar un buque de alto bordo a través del océano; pero si en vez de usar o aplicar convenientemente la energía, se la abandona a sí misma, ésta matará a centenares de personas. Semejante diferencia, entre poseer energía y hacer uso de ella, existe en todo caso, tanto si se trata de máquinas de vapor como de hojas verdes, o de cualquier otro manantial de energía, y exponiendo esta verdad, podrían llenarse todos los volúmenes de una biblioteca. El dinero es energía, y con él pueden hacerse grandes cosas. Con dinero suficiente un hombre puede salvar anualmente millones de vidas; pero todos sabemos que no es lo mismo tener dinero que saber sacar partido de él. Necesítase además de tenerle, saber usarlo, aplicarlo, dirigirlo. Con gran frecuencia se ven individuos que poseen cuantiosas riquezas y que, sin embargo, no saben hacer con ellas sino perjudicarse a sí mismos y a centenares de otras personas. La habilidad es, pues, también energía; pero la energía, en sí, de nada sirve, si no se hace de ella un uso conveniente. Uno de. los hombres más hábiles que han existido se llamó Napoleón;, su habilidad fue tanta, que, de haberla utilizado para el bien, hubiera podido hacer al mundo mucho mejor, y más feliz para todas las épocas futuras; pero no supo emplearla, y ocasionó la muerte de más de un millón de hombres, mujeres y niños, destruyó la felicidad de muchísimos más. y él mismo murió prisionero y desdichado. Tal es la diferencia entre poseer energía y saber usaría. Volvamos ahora a la hoja verde, de la que veníamos tratando. La luz solar que la baña es la energía. La industria de los hombres, después de largas preparaciones, puede procurarse una cantidad de energía muchísimo mayor que la que puede absorber la hoja verde, pero no puede hacer de ella el uso admirable que aquélla hace. La sustancia verde que la hoja contiene, la permite emplear íntegramente toda la energía por ella absorbida, en la finalidad que le es propia, que es descomponer el ácido carbónico del aire. Y esta operación se lleva a cabo sin ruido, sin esfuerzo, sin maquinaria alguna, sin un calor excesivo, sin ningún desperdicio, sin ningún deterioro.

En ninguna de las sorprendentes maravillas que el mundo ofrece a nuestra admiración podría encontrarse un caso de más perfecto aprovechamiento de la energía. Esta perfección no es tan sólo la mayor que existe, sino que es también absoluta, y sin ella la espléndida tierra, con su riquísima variedad de seres vivientes, - árboles, peces, pájaros y hombres, - seria tan árida y desierta como una roca pelada. De manera que, si bien se considera, mejor que ante otras cosas debiéramos descubrirnos ante el sol que luce en lo alto y ante la hierba que huellan nuestros pies.