Cómo debemos dar descanso a los ojos mirando cosas lejanas


Mucho hemos dicho ya de las lentes y su importancia en la corrección de los errores de refracción; pero ahora vamos a hacer algunas consideraciones que serán muy útiles para ayudarnos a conservar la vista sana y librarnos del uso de gafas.

Cuando los músculos interiores de un ojo normal están quietos, la forma del cristalino y de otras partes es tal, que el ojo está dispuesto para ver objetos lejanos. Es indudable que el uso primero y principal del ojo es la visión a distancia y no de cerca. Pero el curso ordinario de nuestra vida nos obliga a usar los ojos mucho más a corta distancia, y esto significa un trabajo para los músculos de los ojos, sobre todo en las personas de larga vista, que por tal causa no pueden usar los ojos a corta distancia sin el empleo de lentes. Mas, aparte de esto, a todos nos es muy conveniente aliviar los ojos, cuando nos sea posible, fijando la vista en algún objeto distante, con lo cual damos a los músculos el debido reposo, disminuyendo el riesgo de tenerlos estirados. La mejor luz para la visión es la del día; pero no la luz directa del sol, sino la difusa, reflejada por el cielo. Cuando usamos luz artificial, lo cual hacemos cada vez en mayor medida, es regla segura que cuanto más se parezca a la luz difusa del día, mejor será. Cuando decimos luz difusa queremos indicar que viene de una superficie muy grande (de toda la superficie del cielo). La que llamamos luz suave es siempre difusa en este concepto, y cuanto mayor sea la superficie de la cual llega la luz a nuestros ojos, más suave será ésta, como lo indicó lord Rayleigh hace ya muchos años.