Nace el amor entre los hijos de dos familias enemigas


Romeo habíase acercado a la hermosa dama y, tras besar su mano, le había dicho algunas palabras de admiración, recibiendo de ella la seguridad de que no le desagradaba. Pero cuando supo que era Julieta, la única hija de Capuleto, se entristeció mucho, porque se había enamorado de la hija del hombre que era enemigo mortal de su padre.

A medianoche, Romeo se marchó; pero sintiendo que no podía volver a su casa y dejar el sitio en donde estaba Julieta, escaló el muro del jardín de Capuleto y mientras permanecía oculto por la oscuridad de la noche, vio a la dama aparecer en ]a ventana, y la oyó lanzar su nombre al aire de la noche, diciendo:

-¡Romeo, Romeo! ¿Por qué eres tú Montesco? Reniega de tu padre y abdica de tu nombre; y si no tuvieres valor para tanto, jura que me amas y no me tendré por Capuleto.

Cuando hubo pronunciado éstas y otras palabras análogas, se adelantó Romeo y le aseguró que el nombre de Montesco le era ya odioso a él mismo, pues era el de los enemigos de la familia de ella. Aquella noche juráronse mutuo amor y proyectaron casarse, sucediera lo que sucediese.

Romeo acudió por la mañana a la celda de fray Lorenzo, religioso amigo suyo, quien pensó que el joven vendría, después de una noche de insomnio, llorando como de costumbre la crueldad de Rosalina; pero quedó sorprendido al saber del nuevo amor, y alegróse pensando que tal vez los odios entre los Capuletos y los Montescos se terminarían con la unión de esta pareja. Con gusto consintió en casarlos secretamente.

Julieta llegó al poco rato, y el fraile la casó con Romeo.