El misterioso caballero negro que prestó asistencia a Ivanohe


Cedric quería entrañablemente a su hijo, pero deseaba que su pupila se casara con otro. El hijo de Cedric e Ivanhoe eran, pues, una misma persona. El Caballero Negro, que tan oportunamente había socorrido en la liza a Ivanhoe, no era otro que Ricardo, el cruzado rey de Inglaterra, cuyo hermano menor, el después perverso rey Juan sin Tierra, había tratado de usurparle la corona, durante su ausencia en Oriente. Ivanhoe había sido sacado del campo del torneo por sus amigos, y su padre había dominado su primer impulso de reclamarlo.

Al regresar Cedric y su gente a Rotherwood hubieron de encontrarse con Isaac y su hija Rebeca, y con ellos un herido conducido en andas; pidiéronle protección para continuar la jornada, pues sus hombres los habían dejado abandonados, huyendo al oír que estaba apostada en el bosque una partida de bandidos en acecho de los viajeros. Por intercesión de ladi Rowena, Cedric asintió a que el judío viajara con ellos. Pero las sorpresas desagradables habrían de ocurrir.

Algún tiempo después la comitiva de Cedric era asaltada por una banda de gente armada, y caían todos en su poder, excepto Wamba, que logró ponerse a salvo. La partida estaba compuesta del templario y algunos de los parciales del usurpador Juan sin Tierra, que se habían hallado en el torneo. Wamba fuese en busca de Robin Hood, y este valiente bandolero, con el “Caballero Negro”, cuya identidad le era aún desconocida, pusieron sitio al castillo de Torquilstone, la fortaleza de Frente-de-Buey, donde yacían los cautivos. Su llegada había sido oportunísima para salvar al judío de la horrible tortura a que le habrían sometido, a ladi Rowena de las malvadas intenciones de Bracy, uno de los adictos a Juan sin Tierra, y a Rebeca de un fatal destino en manos de Bois-Guilbert.