El kinetoscopio inventado por Edison constituye el principio de cinematógrafo


Tal vez la contemplación de figuras y escenas en movimiento sea para la gente joven el más interesante de todos los maravillosos inventos de Edison. La idea es vieja, pero su perfeccionamiento no puede ser más moderno. Cuando se generalizó la fotografía, fueron muchas las personas que trataron de presentar las figuras con movimiento. Para ello hacían uso de varias cámaras, que colocaban en fila tomando cada una de ellas una vista cuando pasaba el objeto movible; mostrando después las diversas fotografías en rápido movimiento de sucesión, lográbase obtener una cierta ilusión del movimiento.

El genio de Edison le permitió siempre perfeccionar con éxito admirable los planes fracasados de otros. Mientras sólo fue posible obtener las negativas en placas de cristal, no trabajó en el asunto; pero tan pronto como se inventó la película, fabricó una cámara especial; arrolló una larga cinta de película sensibilizada en un carrete; colocóla dentro de la cámara de su invención y la fue desarrollando, por detrás de la lente, a medida que el objeto movible pasaba por delante de la cámara.

Mediante una ingeniosa disposición de obturadores que cierran y permiten la entrada de la luz en rápida sucesión y de un modo alternativo, puede tomar la cámara de veinte a cuarenta vistas por segundo, cada una de las cuales es una representación clara y distinta de algún movimiento o actitud. Y como el ojo humano no puede distinguir más que este número de movimientos por segundo, cuando se hace pasar la cinta por delante del foco de una linterna mágica, las imágenes se van proyectando con la misma velocidad que fueron tomadas por la cámara, y se suceden con tan gran continuidad las unas a las otras, que nos dan la sensación del movimiento real. Millares de fotografías forman las escenas que vemos proyectadas en los telones de los cinematógrafos. La longitud de las películas varía, naturalmente; pero veinte minutos de sesión cinematográfica representan la sucesión a través de la linterna, de centenares de metros de película.

Cuando Edison consiguió hacer funcionar su primer cinematógrafo, no utilizó telón ni pantalla alguna. El espectador tenía que mirar por una especie de atisbadero y ver las figuras moviéndose dentro del aparato. La idea del telón vino luego, y reportó inmensas ventajas. El cinematógrafo y otras formas de fotografías movibles son espléndidos perfeccionamientos del original kinetoscopio inventado por Edison. La película parlante de hoy fue el resultado de una combinación de la película silenciosa de Edison y su invento del fonógrafo. De modo que se puede decir que aun aquélla fue fruto de su genio.