La fuga de Luisa Cáceres de Arismendi y su regreso a América


Llevaba nuestra heroína más de un año en territorio español, pensando siempre en su esposo, su madre, su patria, cuando un día se presentó ante ella un desconocido que le ofreció, por cuenta de un anciano caballero inglés, los medios para embarcarse hacia América. Luego de unos días de cavilación, Luisa resolvió correr el riesgo, y se embarcó en secreto rumbo a Filadelfia, en un barco de bandera estadounidense. Procedió con tanta cautela y sigilo que su fuga no fue descubierta.

Casi enseguida de llegar a Filadelfia partió para Santo Tomás, y de esta isla para la de Margarita, adonde llegó el 26 de junio de 1818, después de una ausencia de cuatro años, durante los cuales sufrió toda clase de vejámenes y privaciones.

La recepción fue apoteósica, plena de pompas militares y demostraciones de regocijo popular. Bajo los arcos triunfales, entre salvas de artillería, se dirigió al templo, donde se cantó un Tedeum en acción de gracias. De allí salió para volver al hogar, junto a los suyos.

A los sesenta y siete años de edad se durmió dulcemente en la paz del Señor aquella mujer extraordinaria, ejemplo imperecedero de las mujeres que luchan, sufren y esperan...