Tocar madera


La mitología griega consagró el roble a Zeus, dios supremo del Olimpo, Por ello, las promesas expresadas tocando un tronco de roble eran inviolables. Los antiguos griegos solían llegarse hasta un roble cuando necesitaban la ayuda de Zeus y le dirigían sus rogativas: Posteriormente se esculpieron imágenes divinas en roble, para rendirles cultos en los templos y en los hogares. La superstición sobrevivió en el juego en que quien toca madera queda libre. “Tocar madera” es todavía un medio supersticioso de prevenirse contra la mala suerte y, en tal sentido, se cita esta locución.


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