Del dicho al hecho


Anceo, fundador de la ciudad de Samos, trataba tan mal a sus esclavos, que uno de ellos, castigado al tiempo de plantar unas vides, le profetizó que no viviría para probar su vino. A su tiempo el vino de aquellas vides fue elaborado v traído ante Anceo, quien llamó al esclavo maltratado y, alzando la copa, le preguntó: “;.Qué piensas ahora de tu profecía?” El esclavo lo miró y le contestó: “Del dicho al hecho hay un gran trecho”. En ese momento anuncian a Anceo que un monstruoso jabalí estaba destrozando su viñedo. Deja la copa sin haber bebido, corre a matar al jabalí, pero la bestia lo mata a él. El proverbio “Del dicho al hecho...” quedó significando que no se puede contar seguramente con nada que dependa del futuro.


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