El león y el gato


Allá en las montañas del norte de la India se hallaba muy disgustado, cierta vez, un hermoso león, a causa de un ratoncillo que, mientras él dormía, acudía a roerle la melena, molestándolo continuamente; y fueron inútiles cuantos esfuerzos hizo para castigar la audacia del roedor.

Cansado de intentar recursos en vano, acudió a una aldea inmediata, donde se entrevistó con un gato, al que ofreció tratar como a un príncipe si se venía con él para servirle de medio de ahuyentar o matar al ratón.

Fuese el gato con el león, y durante algunos días consiguió su fin; pues el ratón por temor al gato no se atrevió a salir de su escondite. Agradecido el león daba al gato la mejor parte de su comida, hasta que un día, el ratón, acosado por el hambre, se vio obligado a abandonar su guarida, ocasión que aprovechó el gato para devorarlo.

No tardó mucho el león en advertir que ya no existía el ratón que le molestaba, y al punto suprimió la ración de comida del gato, el cual no tuvo más remedio que volverse a la aldea, donde murió tan pobre como antes.

Los poderosos son generalmente egoístas, cuando han de conceder protección a quienes les ayudan.


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