El brahmán y la cabra


Un brahmán, que vivía en un bosque, marchó a la ciudad inmediata con propósito de comprar una cabra que había de matar para utilizar sus carnes como alimento. Hizo su compra, y cuando regresaba, fue visto por tres ladrones, quienes decidieron robarle la cabra.

Para realizar su proyecto, adelantáronse en el camino y se colocaron sentados al pie de tres árboles, situados a alguna distancia.

Al pasar por donde se hallaba el primero, le dijo éste al brahmán:

-¿Por qué lleváis un perro, maestro? -al mismo tiempo que simulaba una gran sorpresa-. ¿No sabéis que el perro es un animal sucio para los brahmanes?

-Esto no es un perro -contestó indignado el brahmán-, es una cabra.

Siguió su camino y a poco le repitió la pregunta el segundo de los ladrones. Entonces, el brahmán dejó en el suelo la cabra, y después de mirarla bien, volvió a colocársela en la espalda y contestó que era una cabra. Dicho lo cual prosiguió su camino.

Pero al oír a poco la misma pregunta hecha por el tercero de los malhechores, el brahmán dudó otra vez, llegando hasta a no creer en lo que tenía ante sus ojos; así es que arrojó su carga, corrió a lavarse las partes del cuerpo rozadas por el supuesto perro, y llegó en tal estado de azotamiento a su casa.

Los ladrones se apoderaron al punto de la cabra, que asaron y se comieron tranquilamente, riéndose de la candidez del brahmán.

Desconfía de los entremetidos.


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