¿Qué es la luz, un fenómeno ondulatorio o corpuscular?


Después de todo lo que hemos relatado se podría creer que la inquietante pregunta: ¿en qué consiste la luz?, está ya completamente aclarada. Las experiencias citadas y su brillante explicación con la teoría ondulatoria no dejaron dudas sobre el carácter ondulatorio de la luz. Sin embargo, la Naturaleza siempre reserva sorpresas insospechadas a los investigadores. En efecto, según hemos visto, el misterioso éter juega un papel fundamental en la propagación de la luz y de todas las ondas electromagnéticas. Pero en 1885, una experiencia realizada por los físicos americanos Michelson y Morley, con el objeto de medir la velocidad de la luz, afirmaba que el éter no existía. Esto presentó un serio inconveniente, que fue en parte resuelto admitiendo que el espacio tenía la propiedad de transmitir las ondas electromagnéticas, sin necesidad de disponer de un medio especial, tal como el éter. Pero en 1905, cierto fenómeno, que recibe el nombre de efecto fotoeléctrico, demostró terminantemente que en ese caso la luz se comportaba como si estuviera formada por corpúsculos.

Vemos pues, que para poder explicar los diferentes fenómenos en los cuales interviene la luz, no nos es suficiente un solo tipo de explicación, sino que, por el contrario, debemos recurrir en unos casos a una explicación que se basa en las ondas, y en otros, en los corpúsculos. Podemos entonces suponer que la luz es, al mismo tiempo, un fenómeno ondulatorio y corpuscular.