El misterioso éter "inventado" por huygens para explicar su teoría


Sin embargo, él encontró respuesta a tales cuestiones. Supuso que todo el espacio estaba lleno de un fluido elástico llamado éter. Este fluido era el medio gracias al cual se propaga la luz; son sus partículas las que oscilan; como el éter lo llena todo, aun el vacío, se podía explicar por qué la luz se propagaba en el vacío. Claro que era una sustancia por demás misteriosa: invisible, absolutamente elástica, rígida e incomprensible. El Universo estaría sumergido en él como una esponja en un recipiente con agua. Nada lo detendría; penetra en todas partes, a través de las paredes más impermeables. En los primeros momentos la teoría de Huygens satisfizo a muy pocas personas, sobre todo por las curiosas propiedades que debía poseer el éter. Además, la autoridad de Newton -el sabio más grande de su tiempo- hacía que todos creyeran en su teoría de los corpúsculos luminosos.

El primer golpe serio que recibió la teoría de Newton se debió a una experiencia muy simple, que todos podemos realizar. En una pantalla se hace un pequeño orificio con un alfiler y se lo ilumina con una lámpara. Si nos colocamos del lado de la pantalla en que no está la lámpara y en la línea recta al orificio, observaremos únicamente la luz, puesto que, como sabemos, la luz se propaga en línea recta. Sin embargo, si nos colocamos fuera de esa línea recta veremos con sorpresa que también recibimos luz. Por otra parte, si colocamos una pantalla frente al orificio, veremos sobre ella una serie de anillos concéntricos de luz y oscuridad. Todo esto significa simplemente que la luz, al pasar por un orificio muy pequeño, sufre una dispersión.

Los partidarios de la teoría de Newton quedaron así completamente sorprendidos por esos insospechados fenómenos. ¿Cómo es posible, si la luz es un conjunto de corpúsculos que viajan como proyectiles, que se desvíe de su trayectoria?

En cambio, los que creían que la luz se propaga por ondas, se alegraron enormemente por estos descubrimientos, puesto que, ellos sí, podían ahora y en base a esa dispersión lumínica observada, explicar en concreto lo que ocurría.