Un fenómeno curioso: la birrefringencia de algunos cristales


Hay ciertos cristales que poseen una propiedad muy interesante y a la vez curiosa, la llamada birrefringencia. Cuando un rayo de luz natural atraviesa un cristal birrefringente se divide en dos rayos, de manera que salen del cristal dos haces de luz polarizada, y lo notable es que las direcciones de polarización de cada rayo no son paralelas sino perpendiculares. Si se mira una figura con un cristal birrefringente se la verá doble, a causa de dicha propiedad.

Veamos ahora la siguiente experiencia: supongamos que hacemos pasar un rayo de luz natural a través de un prisma de Nicol. Como sabemos, de él emergerá luz polarizada según una cierta dirección; ¿qué ocurrirá, si ahora hacemos pasar esta luz a través de otro prisma de Nicol? Como las vibraciones luminosas ocurren en una única dirección, si ésta no coincide con la de polarización del segundo prisma, entonces la luz no puede pasar. Efectivamente, sólo cuando las direcciones de polarización de los dos prismas son paralelas, la luz pasa. Esta disposición de dos prismas, uno a continuación del otro, es muy utilizada, sobre todo, en aparatos tales como polarímetros, sacarímetros, microscopios, polariza-dores, etc. Al primer prisma se lo denomina polarizador y al segundo, en cambio, analizador.

El empleo de la luz polarizada en los microscopios les ha conferido una notable ventaja: permiten ver las imágenes en relieve. En efecto, los microscopios que usan luz natural dan imágenes planas y no muestran los detalles de profundidad; por eso la mayoría de los microscopios utilizados para exámenes metalográficos, en estudios de minerales o en biología, son polarizadores, o sea, usan luz que ha sido polarizada.

Este efecto estereoscópico ha tenido otras aplicaciones que, si bien no son tan importantes, al menos tienen cierto atractivo: tal ha ocurrido en el llamado cine en relieve, que a pesar de los esfuerzos realizados no ha logrado éxito; ello quizá se deba a que durante la exhibición de tales películas cinematográficas los espectadores deben usar anteojos especiales capaces de polarizar la luz. Con dichos anteojos se consigue un efecto parecido al del prisma de Nicol, analizador que vimos anteriormente, pues mediante ellos se permite que llegue a cada ojo luz polarizada de distintas direcciones. Esto hace que cada ojo vea imágenes independientes, con lo cual se logra la ilusión estereoscópica o sensación de relieve.