Espectros que no asustan; líneas de fuerza de un imán


Estamos acostumbrados a usar la palabra espectro como sinónimo de fantasma. En física, sin embargo, esta palabra se usa muy comúnmente y no para asustar a nadie, por supuesto. Con limaduras de hierro, un imán y un trozo de cartón se puede construir un espectro; es bastante fácil y en ello no hay nada de magia.

Desparramando las limaduras en el cartón y colocando éste sobre un imán, se observará que las limaduras se orientan, siguiendo ciertas líneas, llamadas líneas de fuerza. Espolvoreando con cuidado, para que formen una capa fina las limaduras, se podrán obtener fácilmente dichas líneas de fuerza. Con imanes más potentes se pueden obtener seguramente líneas de fuerza muy nítidas.

Y bien: ya hemos fabricado el espectro magnético; es el conjunto de líneas de fuerza orientadas gracias a la fuerza magnética del imán. La razón por la cual las limaduras se disponen de esta manera es bastante simple: cada limadura se ha convertido en un imán inducido, que se orienta al ser atraído conjuntamente por los polos del imán.

También esta experiencia pone de manifiesto una propiedad muy importante del magnetismo: la atracción o repulsión magnética atraviesa diversos materiales. Al formar un espectro comprobamos que el cartón no impide que el imán manifieste su fuerza; lo mismo ocurre con otras sustancias: vidrio, papel, madera, metales, etc.