La misteriosa fuerza atractiva que mantiene unidos a los átomos


Pero gravitación, gravedad, cohesión y adherencia son diferentes nombres que empleamos para designar a la misteriosa fuerza atractiva universal que tan fundamental papel juega en la constitución del Cosmos, palabra derivada del griego y que quiere decir: mundo, y cuyo secreto no han sido capaces de aclarar hasta ahora los hombres de ciencia, pese a la tenacidad y empeño desplegados, aunque sí han logrado medirla y sujetarla a fórmulas matemáticas.

La afinidad, por su parte, también es una fuerza de atracción, pero en tanto las cuatro anteriormente reseñadas son fuerzas ciegas y constantes, es decir, que se manifiestan siempre que se ponen en presencia dos cuerpos, la afinidad, debido a su carácter eléctrico, es de naturaleza selectiva, o sea que sólo actúa en determinados casos, dando así la razón a los antiguos filósofos griegos que hablaban inocentemente del “amor y del odio entre los átomos”.

En todo caso, la afinidad es la fuerza que hace posible la formación de los numerosos y con frecuencia complejos compuestos orgánicos, así como, naturalmente, la formación de los inorgánicos.