De qué modo puede observarse un sonido y las formas que toma al impresionar una llama


Las llamas sensibles pueden utilizarse para fines más estrictamente científicos. Ya hemos visto que pueden servir para indicar cuál de entre una serie de cajas de resonancia responde a un sonido determinado. Esta prueba es aplicable al estudio de los sonidos, y do un modo particular al de los sonidos vocales, los cuales son más abundantes de lo que se figuran los que sólo conocen un idioma. Al aprender el francés, notamos cuan diferentes son algunos de esos sonidos y la cantidad total de sonidos vocales que pueden darse es muy considerable. Todo es cuestión de los armónicos, y puede estudiarse profiriendo palabras ante un pequeño aparato, de tal suerte que se impresione una llama, y observando las diversas formas que reviste esa llama según el sonido de que se trate. En una palabra, podemos ver cómo los sonidos juegan con el fuego variando su forma.

Existe cierto parecido entre las formas que ostenta la llama en tales casos y las huellas, que, por medio de un grabador fonográfico, dejarían en la cera aquellos mismos sonidos.

Cuando una ola choca contra una escollera y al retroceder encuentra a la siguiente, se combinan de maneras muy diversas. Unas veces se juntan las dos crestas para formar una ola más alta que aquellas dos; otras veces la cresta de una ola se encuentra con el hueco o concavidad de la que le sigue, y ambas tienden entonces a anularse mutuamente. A este efecto de una ola sobre otra, se le da el nombre de interferencia, y es aplicable a cualquier género de ondas, a las del agua, a las del sonido y aun a las pequeñísimas de la luz.