Un sabio italiano que descubrió el gran secreto de la atmósfera


A Torricelli se le ocurrió pensar que lo mismo debía suceder tratándose de otros fluidos; pensó que si el agua se elevaba era debido a la presión atmosférica, y que cualquier otro líquido más pesado que el agua se elevaría también, pero que, debido a la diferencia de peso, no llegaría a igual altura. Tomó, pues, el líquido más pesado, que es el mercurio, y comprobó que dicha sustancia se elevaba solamente 0,76 metros, puesto que es 13,546 veces más pesada que el agua. Las alturas que alcanzan los dos líquidos están en razón inversa a sus pesos específicos.

Es muy fácil comprender el famoso experimento de Torricelli, que al demostrar por primera vez la existencia de la presión atmosférica, nos reveló por qué la Naturaleza tiene ese “horror al vacío”. ¿Qué ocurrirá si tomamos un tubo de vidrio delgado y, después de llenarlo de mercurio, lo invertimos y sumergimos por su extremo abierto en una cubeta que también contenga mercurio? Podría suponerse que todo el mercurio habría de derramarse en la copa quedando el tubo vacío; pero no sucede así Hay algo que sostiene la columna de mercurio en el interior del referido tubo. Sabemos que la atracción de la Tierra tiende a hacer bajar la columna. ¿Cuál es, pues, la fuerza opuesta que la sostiene? Es la presión de la atmósfera sobre la superficie del mercurio contenido en la copa y que, por decirlo así, empuja una parte del metal hacia dentro del tubo y lo hace ascender por él.