El hombre extraordinario que descubrió la ley de homogeneidad de la presión de los fluidos


El descubrimiento de esta ley de la igualdad de presión de los fluidos en todas las direcciones es debido a un francés, el ilustre Pascal, a quien ya tuvimos ocasión de nombrar. Puede considerárselo como hombre realmente extraordinario por la vastedad de sus conocimientos y la agudeza de su inteligencia. Tanto los que estudian religión, moral y filosofía, como los que se dedican a las altas matemáticas, o los que tratan de averiguar lo que ocurre en un vaso de agua, han de acudir a las obras de Pascal, pues en ellas están tratados sabiamente todos esos temas. Pocos sabios como él hay en la historia de la humanidad por sus vastos conocimientos.

Ahora bien, es interesante idear un experimento que demuestre la exactitud de la ley de Pascal. Si tomamos una botella vacía, y, después de ponerle un tapón, la sumergimos en agua algo profunda o hacemos que se hunda en ella atándole un peso, observaremos que la presión del fluido empuja el tapón hacia dentro de la botella. Y esto ocurrirá cualquiera que sea la posición de la botella: derecha, puesta de lado, del revés o inclinada según un ángulo cualquiera. Asimismo, un pez que nada en el agua se halla sometido a una presión que se ejerce por abajo, por arriba y por los lados. Lo importante es que el fluido no manifiesta mayor tendencia a ejercer su presión en una dirección que en otra. En eso estriba la diferencia entre la presión de los fluidos y la presión ejercida por un libro sobre la mesa, o por la mesa sobre el piso, o por las vigas del techo sobre las paredes de la casa. La presión de un cuerpo sólido sobre otro se ejerce siempre en una sola dirección.