Las ondas electromagnéticas de la televisión cumplen dos misiones al mismo tiempo


Hemos visto que el iconoscopio traduce en variaciones de corriente las imágenes que capta. Estas variaciones son entonces aprovechadas para producir la onda electromagnética que se radia al espacio. Estas ondas deben estar desprovistas de toda interferencia ya que, de lo contrario, se perdería toda la fidelidad de la imagen que ellas transportan. Por tal motivo debe recurrirse a ondas de muy corta longitud o, lo que es lo mismo, de elevada frecuencia. Así, pues, resulta que las ondas de televisión tienen una longitud mucho menor que las ondas de radio, y esta circunstancia determina que las ondas de televisión no puedan ser reflejadas por la ionosfera, pues se propagan siempre en línea recta y se pierden en el espacio. Es por eso que la televisión no puede, como la radio, llegar hasta zonas muy distantes en la Tierra, porque sus ondas no pueden seguir la curvatura de ésta.

Constituye un hecho digno de destacar que las ondas de televisión realizan una doble misión; en efecto, no sólo transportan los elementos capaces de reproducir la imagen vista por el iconoscopio, sino que, además, llevan también los mensajes acústicos o sonoros producidos en la escena que se televisa.

Pasemos ahora al último integrante de nuestro conocido trío.