Los seis metales más útiles: hierro, cobre, estaño, plomo, oro y plata


Como sabemos, los elementos se pueden clasificar en dos grupos: metales y no metales. Se toma como criterio de esta clasificación el comportamiento que los elementos presentan frente a la acción de la electricidad. En efecto, cuando se tiene una sal en solución acuosa, es decir, disuelta en agua, y se hace pasar a través de dicha solución una corriente eléctrica, el metal se desplaza hacia el polo negativo o cátodo; esta propiedad es exclusiva de los metales y, por lo tanto, la que mejor los caracteriza. Los no metales, por el contrario, se dirigen siempre hacia el polo positivo también llamado ánodo.

Antiguamente sólo se conocían seis metales: el hierro, el cobre, el estaño, el plomo, el oro y la plata, los cuales siguen siendo los más conocidos y los más aplicados, aunque se han descubierto muchos otros, en total exactamente sesenta y ocho.

En general, los metales son sólidos y opacos, esto es, no dejan pasar la luz, son pesados, conducen bien el calor y la electricidad, se pueden transformar en hilos, barras y chapas, y tienen un brillo particular llamado metálico. Hay algunos metales que presentan excepciones a estos caracteres, como, por ejemplo, el mercurio, que es líquido, y el metal sodio, del cual acabamos de hablar, que no es pesado sino ligero.