Las transformaciones sucesivas de los palacios imperiales


Otros edificios magníficos se levantaron en el monte Palatino, y poco a poco las viviendas de la época republicana fueron desplazadas por los palacios que los emperadores hicieron construir para ellos. La casa de Augusto se transformó, por obra de sus sucesores, en un inmenso palacio que cubrió por completo la superficie de la Colina. Ingentes construcciones debieron apuntalar los flancos y contrafuertes de aquel lugar donde, según la ¡tradición, el arado del fundador trazó el surco limítrofe.

Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón edificaron allí sus respectivos palacios, pero la transformación total se produjo bajo los Flavios y Antoninos. El ¡centro de la colina lo ocupó el palacio de Domiciano, llamado domus auéjustiana, al que se agregaron otros cuerpos, cuyas fachadas se elevaron frente al Circo Máximo, ubicado entre] el Palatino y el Aventino. En nuestros días conserva todavía el Palatino algunas estructuras y cimientos; de aquellos tiempos fastuosos.