Los émulos de Watteau: Lacret, Pater, Boucher y Fragonard


Muchos artistas franceses pintaron luego cuadros de personas alegremente trajeadas a la manera de Watteau, tales como Lancret, Pater y Boucher, cuya producción fue enorme y valiosa, aunque algunos de sus cuadros resultan vulgares.

Más tarde se destacó Fragonard (1732-1806), pintor vigoroso y feliz, cumbre del período galante de la pintura francesa que concentró en sus telas lo más interesante y característico de esa época.

Durante todo el siglo xviii siguió practicándose la pintura de retratos, tan común en la corte del Rey Sol. Algunos de ellos son realmente bellos y perfectos. El retratista más importante de entonces fue Mauricio Quentin de La Tour (1704-88). Poco antes había sido introducida en Francia la pintura al pastel. Tal proceso sedujo-a de La Tour, que lo empleó en la mayoría de sus cuadros. Este artista dejó una verdadera galería de hombres y mujeres de la época, brillantes retratos en los que, con trazos suaves y vibrantes a la vez, reprodujo fielmente el carácter de sus modelos y supo darles valor universal.